La rosácea es una afección recurrente, lo que significa que hay períodos en los que los síntomas son particularmente graves, pero menos graves en otros.
Los síntomas a menudo comienzan con episodios de enrojecimiento, en los que la piel se enrojece durante un período breve, pero pueden aparecer otros síntomas a medida que avanza la afección.
Los síntomas de la rosácea
- Sensaciones de ardor y escozor
- Enrojecimiento permanente
- Manchas (pápulas y pústulas)
- Pequeños vasos sanguíneos en la piel que se vuelven visibles
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